miércoles, 19 de noviembre de 2008

Propiedades de las castañas


En cuanto al origen de la castaña hay discrepancias ya que, mientras unos datos la sitúan como originaria de Asia Menor, otras teorías apuntan su existencia en Europa desde mucho antes. Para los primeros, a Europa llegó la especie en el siglo V a través de Grecia, aunque en España y Francia no existió hasta el siglo X.

Es un fruto que pertenece a la familia de las Fagáceas, siendo su árbol el castaño y precisa de un clima templado para su correcto desarrollo.

Hay cuatro variedades de castañas:
Castaño Europeo o común, es el que tenemos en España.
Castaño Japonés
Castaño Chino, es una variedad más dulce
Y Castaño Americano

En lo que sí hay unanimidad es en el beneficio que nos aporta el consumo de la castaña; sus propiedades son similares a los cereales y se caracterizan por tener pocas calorías, casi la mitad de agua y mucha fibra e hidratos de carbono; contienen gran cantidad de minerales, como potasio, hierro, magnesio, fósforo y calcio; son además una buena fuente de ácido fólico y antioxidantes y contienen mucha vitamina B3 y E.

Por todas estas propiedades es indicado su consumo para prevenir el estrés y la depresión, durante el embarazo y la lactancia, para favorecer el tránsito intestinal, en problemas cardiovasculares y degenerativos, como antiinflamatorio, son buenas para la memoria, el desgaste físico, la anemia, problemas de próstata e incluso como anticancerígeno.
Se utilizan también para hacer tintes naturales para los cabellos o telas.

Si hubiera que poner un “pero” a este fruto, sería el de ser algo pesado en la digestión, pero incluso este pequeño inconveniente tiene una solución sencilla, ya que podemos comerlas cocidas o asadas, en postres más elaborados, etc.

No podemos dejar de lado el aroma que desprenden al ser asadas y que tanto nos evoca al otoño y probablemente a más de un recuerdo de la niñez.

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